Resulta normal que se tienda a confundir el suelo de madera con el suelo laminado, ya que aparentemente son parecidos. Si bien tienen características similares, el cubrimiento de cada suelo es diferente, pues cada uno tiene diferentes propiedades y se instalan de manera distinta.
Existen diferencias claras que pueden presentarse entre el suelo de madera, el laminado y el tan solicitado parquet. Sin embargo debes tener claro que el parquet no es ni un suelo de madera, ni tampoco un laminado plástico, son piezas de madera independientes que se instalan sobre un suelo de concreto.
Ya con esta aclaración, en este artículo nos concentramos en ver las principales diferencias entre un suelo laminado y uno de madera, para que tomes la decisión más acertada según tus requerimientos y necesidades.
SUELO DE MADERA Y SUELO LAMINADO: PARECIDOS, PERO DIFERENTES
Tanto el suelo de madera como el laminado son materiales que se usan para cubrir el suelo. La principal diferencia es que el primero es fabricado a partir de madera natural y el laminado proviene de materiales sintéticos, imitación madera.
Los dos suelos estéticamente lucen similares y tienen las mismas características, pero sus cualidades son diferentes. El de madera es elaborado con madera de alta calidad y tiene una vida útil más larga con respecto al laminado, si se le mantiene en buenas condiciones.
En este sentido un suelo de madera desgastado puede restaurarse de forma sencilla, mientras que ante un suelo laminado con deterioro, hay que colocar un nuevo revestimiento.
El precio es otro factor diferenciador. El suelo de madera es más costoso tanto por la calidad del material como por la mano de obra para su instalación. Pero si lo analizas a largo plazo, sin duda la madera resulta más económica.
Ahora la gran ventaja del suelo laminado es su bajo coste, es fácil de colocar, de limpiar y te ofrece variados diseños. Puedes encontrar en el mercado infinidad de ellos imitación madera, piedra natural, baldosas, etc.
CARACTERISTICAS DEL SUELO DE MADERA
Para estos suelos se utilizan las maderas duras y nobles de buena resistencia y duración para alto tráfico. El largo de las tablas que componen el suelo varía según el área total que se quiera cubrir. La gran diferencia con los laminados es que los de madera no se colocan directamente sobre el suelo sino que se atornillan, se clavan o se ajustan a los tirantes.
Los tirantes no tienen más de 2,5 cm de espesor y son normalmente maderas de menor calidad. Van sujetados al suelo con tacos Fischer y tornillos de cabeza plana. Con esta adecuación se instala cada tabla cepillada y se corta “in situ” a medida y a necesidad.
Una vez instalado el suelo se lija para quitar imperfecciones. También se recomienda aplicarle algún plastificante para proteger la madera del desgaste y de paso, facilitar la limpieza.
Debes tener en cuenta que la instalación de un suelo de madera agrega unos 4 cm a la altura del suelo, por lo cual puede afectar el movimiento de las puertas. Por esto usualmente se instala en construcciones nuevas, aunque también en antiguas, haciendo ciertas adecuaciones. Para estos casos lo mejor es retirar una capa del concreto del espesor para dar el espacio requerido por los tirantes. Todo con el fin de facilitar el movimiento de las puertas.
El suelo laminado y sus características
Son fabricados a partir de materiales sintéticos de un espesor que no supera los 8 mm. Cada pieza llega a medir un metro de largo, según el fabricante. En el mercado se pueden encontrar piezas desde los 10 cm. hasta los 25 cm. de ancho.
El principal material insumo para su producción es alguna variedad de plástico. Cada pieza es fabricada con ensambladuras macho-hembra en todo el largo, lo que permite ensamblar una lámina con otra sin dificultad.
En su instalación no se requiere atornillar al suelo, ni pegarse, ni clavarse. Solo se apoyan y encajan las láminas entre sí. Lo importante al colocar el laminado es que el suelo esté limpio y bien nivelado. Puede instalarse sobre madera, aunque lo usual es colocarlo sobre cierta base. Sólo agrega 8 milímetros a la altura del suelo y permite abrir o cerrar las puertas sin rozarlo.